Agradecer lo invisible: la magia de mirar hacia atrás y encontrarnos

Conectamos by Alicia
hace 4 horas
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Thanksgiving no es solo una fecha en el calendario.

No es solo una cena, un pavo ni una tradición americana más.

Thanksgiving es —o debería ser— un acto de conciencia, una pausa sagrada entre la prisa diaria para mirar con honestidad y con amor todo lo que hemos vivido… y todo lo que hemos logrado.

Este año, más que nunca, sentimos la importancia de detenernos.

De respirar.

De mirar hacia atrás.

De recordar que, aun entre momentos difíciles, la vida siempre nos regala motivos para agradecer.

En Conectamos by Alicia, esta fecha es un recordatorio para la comunidad:

✨ Agradecer no es contar lo que tenemos… es reconocer quiénes somos gracias a lo vivido.

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Agradecer es hacer memoria del corazón

Cuando nos permitimos agradecer de verdad, algo dentro de nosotros cambia.

No es un “gracias” automático ni un gesto de cortesía; es un ejercicio de memoria emocional.

Es volver a ver:

las veces que nos levantamos sin fuerzas, pero nos levantamos,
los días en los que pensamos que no podíamos más, pero pudimos,
las personas que se cruzaron para sostenernos,
los milagros silenciosos que no publicamos en redes,
los pequeños pasos que para otros no significan nada, pero para nosotros significaron todo.

Agradecer es revisar la vida con ojos más limpios, más honestos y más humanos.

Es entender que aunque no todo salió perfecto, todo nos enseñó algo.

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Agradecer también es soltar

Parte de agradecer consiste en permitirte cerrar ciclos.

Dejar ir lo que dolió, lo que pesó, lo que ya no pudo ser.

Porque, aunque no lo parezca, soltar también es agradecer.

Es reconocer que ya no necesitamos cargar lo mismo, que crecimos, que cambiamos, que evolucionamos.

Agradecer es quedarnos con la esencia, con la enseñanza…

y permitir que lo demás se vaya.

🤍

La gratitud nos reúne como comunidad

En estas fechas donde nos reencontramos con amigos, familia, personas que amamos y también con quienes hemos perdido de vista… Thanksgiving nos regala la oportunidad de volver al origen.

De volver a lo humano.

De volver a lo nuestro.

Porque cuando compartimos gratitud, la conexión se vuelve más fuerte.

Las historias se vuelven más profundas.

Los vínculos más sinceros.

No se trata del regalo, de la mesa o del postre.

Se trata de mirar a los ojos a quienes nos rodean y decir:

“Gracias por estar.”

“Gracias por ser parte de mi vida.”

“Gracias por caminar conmigo este año.”