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Para Todas las Mamás: Guerreras Silenciosas de Todos los Días

  • Foto del escritor: Conectamos by Alicia
    Conectamos by Alicia
  • 6 may
  • 2 Min. de lectura

Ser mamá no es un rol, es una transformación. No importa cuántos libros hayas leído, cuántas historias hayas escuchado o cuántos consejos te hayan dado: nada te prepara realmente para el momento en el que la vida de otro ser humano depende de ti.


Esta semana, en Conectamos, queremos hablarle a todas las mamás. A las que sonríen con el alma cansada. A las que lloran en silencio en el baño mientras los niños juegan en la sala. A las que han tenido que ser papá también. A las que cargan con culpas, dudas y miedos, pero aun así se levantan cada mañana a dar lo mejor de sí.


A ti, mamá soltera, que has tenido que aprender a ser fuerte incluso cuando el mundo se empeñó en hacerte sentir sola. Que has hecho malabares con el tiempo, el dinero, el cansancio, y aun así no fallas en dar amor. Tu esfuerzo no es invisible, aunque a veces lo parezca. El camino ha sido difícil, pero tu fuerza ha sido más grande.


A ti, mamá en una relación difícil, que navegas entre el deseo de una familia unida y la realidad que golpea. Que callas más de lo que deberías, que aguantas por los hijos, que sueñas con días mejores. Tu lucha es válida, tu corazón merece paz, y tu valentía merece ser honrada.


A ti, mamá que vive con plenitud, que has encontrado el equilibrio, que disfrutas el proceso. Gracias por ser ejemplo, por mostrar que la maternidad también puede vivirse con gozo, con luz y con armonía. Gracias por compartir, por guiar, por inspirar.


Y a ti, mamá de cualquier forma, color o historia: nunca olvides que no estás sola. Que hay una red invisible de mujeres que como tú, se han sentido rotas y reconstruidas, cansadas pero determinadas, solas pero invencibles. Porque ser mamá es también eso: reconstruirse todos los días.


Como sociedad, tenemos que aprender a mirar con más empatía. A dejar de juzgar, a dejar de esperar perfección. A escuchar más, a apoyar más, a caminar junto a ellas. Una mamá no necesita más presión, necesita más manos, más abrazos, más comprensión.


Mayo es el mes de las madres, pero todos los días son oportunidad para reconocerlas, para agradecerles, para recordar que sin ellas, literalmente, no estaríamos aquí.



Reflexión final:


A todas las mamás que caminan este mundo con amor y coraje: gracias por ser el corazón de cada historia. Que nunca se nos olvide mirar con respeto y ternura a esas mujeres que dan vida, sostienen hogares, y muchas veces, el mundo entero.

 
 
 

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